sin mi

Tengo la cortina tan cerca, y puedo ver entre sus pequeños espacios, el sol entibiándolo todo. Pero no me despiertan las ganas de moverme para abrir esas cortinas y dar paso a la luz.
Con los ojos hinchados y la boca seca de una noche aburrida y larga, sin ruidos, sin desequilibrios, en la soledad de un control remoto.
Mirando sin mirar, haciendo un cambio de luces solo por cambiar de canal mientras la amenaza del amanecer llega. No se puede esperar nada en esta vertiginosa vida, pero tampoco se puede andar como desquiciado por ahí detrás de un algo que no sabemos, corriendo sin pensar, dejando escapar nuestros momentos más ricos solo por la prisa del por que.
En momentos como estos es cuando debemos hacer una pausa, como si fuéramos un experimentado jugador de futbol, esperar la oportunidad y hacer el movimiento correcto. Pero no lo somos, apenas estamos dando nuestros primeros pasos en este plano.
Cuando al fin llegan los silencios, no queremos escucharlos, pretendemos rodearnos de ruidos y algo más solo para no quedarnos fuera de onda.
Ya estoy aburrido, aunque parezca una frase hecha, me cuestiono el porque levantarme a la mañana y salir a mi rutina de todos los días, no es un infierno ni mucho menos, y probablemente muchos que están ahí del otro lado se pregunten porque me estoy quejando; seguramente no lo entiendan, tampoco pretendo enseñar nada, de hecho lo único que quiero es aprender. Pero no puedo estar atado a una rutina condenándome a saber mis últimos días desde ya, sabiendo de antemano mi fin.
Para un sagitariano como yo eso es inaceptable, me siento preso en mi propia cárcel, pero a la vez no encuentro muchas razones para salir de ella. En la soledad de mis silencios donde me he encontrado siempre, ahí me refugio, y encuentro nada.
Donde antes encontraba todo ahora solo hay un ¿por qué?, pero no un porque…
Las compañías me aburren y estar solo ya no es lo mismo, mi búsqueda va sin pistas, sin sentido, sin mi.


C.B.