Entre profesores análogos y alumnos digitales.

Reciclarse, mimetizarse o adaptarse; términos que se deberían estudiar a la hora de impartir enseñanza y es que la situación así lo requiere, en épocas donde la tecnología es abrumadora seguir utilizando determinadas técnicas para llegar al alumno van quedando obsoletas. Antes que nada tenemos que darnos cuenta de que tanto alumnado como profesorado van en distintas sendas, con un mismo camino, pero distanciados a la hora del entendimiento. No es normal que no nos demos cuenta de que si un chico se pasa 6, 7 u 8 horas diarias de promedio frente a un ordenador (o las que sean) no abordemos ese medio para llegarles de forma masiva y contundente, sabiendo que podríamos aprovecharnos de su atención y acercarnos más aun, meternos en su mundo y demostrarles que hablamos su mismo idioma. Pero la realidad es otra, nos encontramos con profesores análogos y alumnos digitales; profesores que dictan sus clases con el sistema del quebradero de muñecas y con el cual al alumno no le queda ni la mitad de lo que se da en clases; teniendo la herramienta a su alcance y no utilizarla es un error de visión de la realidad. Alumnos que dedican más tiempo al internet y muy poco al estudio, están a la deriva siempre y cuando no actuemos con solvencia y criterio. Todo en este mundo se transforma para bien y para mal, está en nosotros saber aprovechar los medios para llegar de forma clara y “entretenida”, captando la atención de aquellos a los que no podemos llegar. Solo hay que plantearse una adaptación al cambio generacional y mimetizarse con el entorno. El cambio está en nosotros, mover las mentes ociosas es el objetivo…..manos a la obra. Aunque esto sea asociado a algún determinado grupo político, nada mejor que “manos a la obra” o en este caso dedos a la obra, aunque se está dando un fenómeno de cambio generacional (esto debido a la inversión en formación docente) los formadores de formadores están utilizando paradigmas de los cuales ellos fueron producto; o en el menos malo de los casos el que ellos construyeron. La distancia generacional trajo consigo una brecha cultural que ha puesto casi en contra a los dos bandos. Alumnos pidiendo un cambio urgente y profes demandando lo mismo. En este juego solo hay un perdedor y es el propio país ya que ninguno de los objetivos se cumple.
Se transformo en una bola tan grande y prejudicial que tenemos padres que meten sus hijos al sistema no porque vean a la educación como un escape de las cadenas de la rutina, si no que los mandan para ganar la millonaria asignación familiar jajaja, por dios que bajo hemos caído. ¿Ya no importa el futuro de nuestros propios hijos?
Mientras nuestros alumnos no solo pasan frente a la compu, sino que tienen en la mano un celular que tiene mil funciones a base de imágenes y de audio nosotros seguimos con la tiza y el pizarrón. Voy a decir solo dos cosas, primero que esto habla a las claras que somos un país tercermundista (casi tetra mundista) y que no sabemos a quienes tenemos delante .La carencia más grande que tienen los niños de Uruguay, es afectiva, más allá de toda la ciber educación que podamos brindarle y los recursos que podamos facilitarles, primero tenemos que conocerlos; pero como dicen algunos…” a mí no me pagan para quererlos”.
Los canales de comunicación cambiaron pero necesitamos que cambien los interlocutores.
Y en este juego algunos juegan con el comando análogo y otros con el digital….

La manada y el matadero.